Hace unos días, leí el comentario de una persona en un perfil de Facebook quien afirmaba que no se explicaba por qué se le daba tanta trascendencia a la narrativa erótica, como si fuera algo de último minuto, cuando en realidad había existido desde siempre. Lo erótico parece ser un tema transitado, trillado, recurrente, algo que se hace repetitivo y que no tiene nada nuevo distinto que ofrecer.
El aspecto erótico ha estado presente en la narrativa romántica desde que ésta se consolidó como un subgénero de la novela hace varias décadas. Si el aspecto romántico era lo protagónico en una dichas historias, el aspecto erótico es parte fundamental y constitutivo de ellas (como sucede en la vida misma). Este asunto ha tomado diversos enfoques y diferentes maneras de ser tratado, por lo cual desde mi punto de vista lo erótico nunca será repetitivo, recurrente o trillado.
Al principio, lo erótico era simplemente una ligera insinuación dentro de la trama de la obra: un toque, una caricia, un beso, incluso la insinuación de que los protagonistas habían pasado la noche juntos. Después, tomó un toque mucho más gráfico, más tangible. Se nos relataban escenas llenas de sensualidad y pasión en las que, dependiendo de la autora, se dejaba mucho o poco a la imaginación. Luego, pasó de ser algo secundario a tomar un rol principal y la misma trama de la historia giraba en torno a ello (fue así como nació el subgénero erótico dentro de la novela romántica).
A partir de ahí sería mucho más complicado hacer tipificaciones de la evolución de la novela erótica, pues cada autora y cada sello editorial presenta un estilo nuevo y diferente, algo que no se salga de los parámetros de lo erótico pero que a su vez tenga un sabor distinto a lo demás. Claro está, a veces se generan modas gracias al éxito de alguna de ellas: tal es el caso de aquella novela que hace unos dos o tres años se hizo tan famosa y que ha llevado a que se generen montones de tramas parecidas (me asombra, por ejemplo, entrar a una tienda online y ver en la sección de erótica tantas portadas en donde se presentan corbatas, esposas, mujeres amarradas, y asuntos similares, y eso sin mencionar los títulos… pero bueno, eso es otro asunto y no lo trataré aquí). Pero en realidad esas son tendencias que también dentro de sí guardan ciertas diferencias. En general se puede decir que cada novela erótica es única, está narrada de una manera diferente con un matiz distinto y con una relevancia particular que la hace irrepetible.
Por lo tanto, yo me atrevería decir que lo erótico jamás será un tema trillado o recurrente, porque siempre va tener un toque distinto, siempre va a haber un matiz diferente que lo haga único dentro de ese gran grupo de novelas.